Memoria transgeneracional: de la mano de Kazuo Ishiguro


"Finalmente, el viaje hacia los propios orígenes es más importante que los orígenes mismos"

- Julia Kristeva
Hilo de Twitter
 
Últimamente he pensado en la riqueza que res-guardan los fenómenos que uno elige para investigar, no es al azar que uno selecciona su tema de tesis. Cada uno, si profundiza lo suficiente, puede des-cubrir en su línea de investigación más bien un laberinto el cual nos puede guiar hacia nuestro interior, hacia nuestra propia memoria.

A principios del año 2017 me encontraba realizando mi tesis de licenciatura tratando de comprender la memoria infantil y en el trayecto hice contacto con el Premio Nobel de Literatura Kazuo Ishiguro y con su libro: "El gigante enterrado".

Así que aparte de los artículos sobre las bases neurobiológicas y psicoanalíticas de la memoria, me sentí atraída a leer a este autor. Quiero decir que en general no tengo problemas para concluir un libro que desde las primeras páginas me atrapa, sin embargo, al finalizar la primera parte percibí una especie de resistencia para seguir.

No podía continuar, lo intenté tres veces, pero me fue imposible ¡¿qué clase de bloqueo era ese?!. Para mi buena y mala suerte, al ser en ese entonces estudiante de Psicología mi respuesta e hipótesis principal fue decir[me]: tranquila, seguro hay algo dentro del siguiente capítulo que te resulta muy emotivo y/o doloroso siendo esto lo que te impide progresar. Así que acepté esperar el tiempo o momento para terminarlo.

El Premio Nobel de Literatura 2017 es entregado a Kazuo Ishiguro "quien, en sus novelas de gran fuerza emocional, ha descubierto el abismo debajo de nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo."

Después de tres años, encontré un círculo literario donde las clases estarían dedicadas a comprender las bases de la literatura asiática. Kazuo Ishiguro con esa obra a la que había sido resistente por varios intentos era el primer libro a revisar. A través de cada encuentro localicé varios puntos que me parecieron muy interensantes. Sin duda, existe una gran diferencia entre leer en la soledad de tu mente a compartir las ideas que cada lectura te regala dentro de un grupo.

1. La memoria como una herencia estructural*

La maravilla de re-leer un libro es esa misteriosa emoción de encontrar cosas que antes no habías podido ver. En esta ocasión pude detenerme a pensar en la simple (y a la vez tan significativa/compleja) portada : un árbol.

El árbol como símbolo según Cirlot, representa esencialmente la tradición, que podemos entender como aquella información que persiste al transmitirse generación tras generación.

Raíces que representan un pasado que continúa nutriendo mantiéndonos como herederos de otras biografías. Pero entonces ¿la memoria puede considerarse una forma de herencia?, ¿existe una memoria transgeneracional?, ¿cómo podríamos  liberarnos o escoger esta herencia?

Al preguntar dentro del círculo sobre estas inquietudes, la maestra nos invitó a indagar más sobre el concepto de razón anamnética. 

Resultado de esa búsqueda hallé al teólogo alemán Johann Baptiste Metz, quien explica cómo vivimos dentro de una cultura que desea y promueve el olvido del dolor, pero que paradójiamente es esta memoria del sufrimiento la que se transmite de generación en generación formando parte de la motivación individual:

"Los hombres piensan que, contra las historias de dolor y atrocidades que constantemente se les vienen encima, su única guarnición está en las armas del olvido, en el escudo de la amnesia. [...] 
La necesidad de dejar que el sufrimiento hable con elocuencia es condición de toda verdad."

Dentro del libro de Ishiguro se puede rastrear este concepto cuando Wistan le pide al joven Edwin realizar una promesa:

 Wistan: - Si yo muero en combate y tu sobrevives, prométeme esto. Que llevarás en tu corazón el odio a los britanos.
Edwin: - ¿Qué quieres decir, guerrero?, ¿a qué britanos?
Wistan: - A todos los britanos, incluso a aquellos que se muestren amables contigo [...] fueron britanos los que masacraron a nuestro pueblo, los que raptaron a tu madre y a la mía. Nuestro deber es odiar a cada hombre, mujer y niño que lleve su sangre. Si muero en combate antes de transmitirte mis conocimientos, prométeme que darás cabida a este odio en tu corazón.
Cuando ya es demasiado tarde para el rescate, todavía hay tiempo para la venganza.

"Que un individuo quiera despertar en otro individuo recuerdos que no pertenecieron mas que a un tercero, es una paradoja evidente. 
Ejecutar con despreocupación esa paradoja es la inocente voluntad de toda biografía"

- Jorge Luis Borges

2. La memoria como un viaje hacia nuestro interior

El recorrido que emprenden Beatrice y Axl inicia al tomar la decisión de salir de aquella aldea que a través del tiempo, se había convertido tanto en un refugio cómodo como en una cruel prisión. 

En ella, la niebla permanentemente invadía la mente de sus habitantes impidiéndoles recordar su pasado, obligándolos a vivir en un eterno presente imposiblitándoles dudar sobre temas fundamentales como su identidad, sus vínculos cercanos y el amor.

Llama la atención la elección de Ishiguro al elegir dos protagonistas de edad avanzada, que son los únicos en su aldea con la fuerza interna y el coraje necesario para abandonar el cómodo y cruel espacio del olvido e iniciar el viaje para recordar, aunque esto implicara ser conscientes del dolor que por más que se encuentre anestesiado permanece latiendo en el interior.

El viaje que iniciamos con la finalidad de recordar es, sin duda, una experiencia de introspección que sólo puede ser lograda a través de la interacción con un Otro: el Otro como un espejo de nuestro pasado o nuestro futuro, en nuestro presente. Es a través de la interacción entre los personajes que cada uno tiene la oportunidad de identificarse y recordar quien fue o quién desea ser.

P.e.: Es cuando Axl observa a Winstan que puede recordar su pasado como guerrero. De la misma manera, cuando Edwin ve a Winstan recuerda el deseo de su madre y puede identificarse con este para visualizar al guerrero que desea ser.

3. La memoria de la orfandad

Para el ser humano, la separación de un Otro significativo resulta un momento doloroso que perdura a través del tiempo. Tal como lo describe Ishiguro, la historia de Wistan y Edwin eran similares por la pérdida de sus madres; igualmente Beatrice y Axl son motivados a migrar a partir de la idea de un hijo que se fue, presentándose los protagonistas como huérfanos de su propio hijo.

Hans Loewald explica que la memoria y la pérdida del objeto están íntimamente ligados. Los procesos mnémicos surgirían despúes de la pérdida: Sólo en virtud de la separación entre el sujeto y el objeto, la memoria surge (emerge a la superficie).

La memoria como la presencia simbólica de la ausencia del Otro: el vínculo o lazo formado con ese Otro permanece oscilando en nosotros, aunque ese Otro ya no esté. Tal como diría Borges:

"Sé que he perdido tantas cosas, que no podría contarlas
y que esas pérdidas, conforman lo que ahora es mío.
Mi padre ha muerto, y está siempre a mi lado.
Sólo el que ha muerto,
sólo es nuestro lo que hemos perdido".


Tres años después pude concluir el libro. Sin duda, la obra generó resistencia a ser leída por la carga emotiva que el autor despertó en mí como lectora.

La manera en que Kazuo Ishiguro logra adentrarnos en este espacio diegético a través del contacto entre su imaginación y la nuestra, nos permite re-pensar la memoria como un viaje hacia el mundo interno que nos posibilita ser conscientes de la herencia estructural que nos sigue sosteniendo, para así iniciar la búsqueda de nuestra propia identidad y temporalidad.

Paula María Corte
@psicpaulacorte

* El concepto de Herencia Estructural lo heredé de Eva Jablonka y Marion Lamb; en el cual ahora trabajo para hacerlo propio como recomienda Goethe.

Comentarios

Entradas populares