Resistencia

Al iniciar a estudiar psicoanálisis, he encontrado que el concepto de #resistencia me parece un tanto contradictorio.

¿Por qué?

Por un lado, esta palabra hace referencia a una fuerza casi aislante que nos permite adaptarnos ante ciertas circunstancias difíciles que vivimos. A través de esta formamos una —barrera— o caparazón para proteger nuestro interior de una realidad amenazante.

Mientras que por otro lado, dentro de la psicología clínica, la resistencia se presenta como una fuerza que se opone a la cura.

Dentro de el proceso psicoterapéutico, el paciente “se resiste” a cambiar, “se resiste” a modificar este caparazón que le ha funcionado como aislante, como una protección, pero también como una barrera que le impide amar, y permitirse ser amado.

Me parece que es bueno repensar este concepto...

El acto de resistir no tendría que ver con crear muros impermeables y rígidos, ni construir fortalezas (cómo en los castillos del mundo medieval) para protegernos del peligro,

sino que podría consistir más bien, en la aceptación de nuestra vulnerabilidad dentro de aquellos momentos de nuestra vida, en los cuales requerimos de redes de apoyo cercanas (familia, amigos, maestros, compañeros, profesionales de la salud) que funcionen como un soporte, como un punto de apoyo para transitar los momentos difíciles y así después, salir fortalecidos en nuestro interior.

La resistencia no es soportar la tempestad de manera solitaria, ni aislada. 
La resistencia habla más de aceptar nuestra fragilidad y permitirnos ser cuidados, ser apoyados y ser contenidos por los que están cerca.

El impresionante video que muestra a los faros soportar olas gigantes


Comentarios

Entradas populares