Virginia Woolf Y Rita Levi-Montalcini: Barreras, permeabilidad y feminismo

Hay libros que podrían funcionar como factores de crecimiento

Solo habría que desarrollar un receptor en el timing adecuado para abrir la posibilidad de ser tocados y salir de la quiescencia.



Dos mujeres diferentes que nos enseñan sobre como la resistencia (preservación y desarrollo del mundo interno cuando el ambiente externo se torna amenazante) podría residir en la apertura o permeabilidad selectiva hacia los estímulos que nos apasionan y nos permiten crecer.


Virgina Woolf (1882-1941) es reconocida como una de las escritoras británicas de mayor relevancia dentro de su época, en el año 1929 publica su ensayo "Una habitación propia" en el cual profundiza en el deseo y la necesidad de la mujer para buscar un espacio en el cual poder pensar, leer, escribir libremente.

Destacando también que la mujer merecía ganar dinero por escribir, el ingenio y las ideas de cada una resguardan un valor que puede traducirse en un ingreso monetario que facilitaría la independencia económica (y desiderativa).

"[...] que una mujer necesita dinero y una habitación propia para dedicarse a la literatura."

"No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de animarse. No hay necesidad de ser más que una misma."

"[...] Mientras reflexionaba, en mi desánimo, en mi desesperación, había ido esbozando inconscientemente un dibujo, ahí donde debiera estar redactando una conclusión.
Hacer dibujos era una forma de concluir. [...] es en nuestros momentos de ocio, en nuestros sueños, cuando a veces aflora [emerge a la superficie] alguna verdad sumergida." 

                             

Rita Levi-Montalcini nació en Italia en 1909 dentro de una familia judía, en la cual su padre Adamo Levi ingeniero y su madre Adele escritora, le brindaron una crianza apegada a las tradiciones familiares que determinaban el rol de género de una manera rígida (esclerotizada) en aquella época.

"La joven percibió esta situación, la aceptó pero inteligentemente decidió que ella cambiaría su propia conducta (tropismo, plasticidad), al no aceptar las reglas masculinas que se le imponían."

Junto con su hermana gemela Paola quería seguir estudiando, pero su padre se oponía a su deseo y decidió inscribirlas en una "escuela femenina" donde el objetivo era instruirlas para convertirse en excelentes madres y amas de casa; ese era el destino, el único camino, la rígida herencia del deber transmitida hacia la mujer.

Sin embargo, Rita encontró la manera para sostener su deseo de estudiar medicina frente a esta actitud tiránica de su padre y lo logró. Al acceder a la universidad pudo hacer contacto con otras mentes, su maestro Giuseppe Levi le transmitió al menos dos elementos que le permitieron persistir en su viaje hacia la (neuro)embriología: 
  • La tinción con sales de Plata (Ag) diseñada por Camilo Golgi y utilizada por Cajal que refleja la morfología neuronal en tres dimensiones.
  • La disciplina y la persistencia, característicsa requeridas a lo largo de su formación, una fuente de motivación que apuntala la búsqueda.

El deseo que emergió en ella de continuar especializándose en neurología se vio frustrado por el decreto que hizo Benito Mussolini donde prohibía la presencia judía en las universidades. A pesar de esto, ella continuó su investigación en la "clandestinidad" de su casa, ideando su "laboratorio propio".

Una habitación-laboratorio propio

Woolf (1929) profundiza en el espacio que cada mujer necesitaría para escribir libremente, Levi-Montacini lo abre, lo utiliza, lo habita (1939): su laboratorio casero. 

Pero más allá de un espacio-lugar físico, aquella habitación propia haría referencia a una conformación de apertura de su mente. La construcción de este espacio creativo en la realidad sería el traslado de la arquitectura de un espacio (transicional-intersticial) de libertad que ya existía previamente en su mente. Una estructura dinámica y flexible construida por sus decisiones, sus ideas y su fortaleza yóica.

El laboratorio propio de Rita viajaba con ella; y es que cuando uno construye esas estructuras tan bien cimentadas estas pueden tornarse dinámicas y flexibles, permitendo al arquitecto-habitante sostener su deseo hacia un pensamiento libre.

La construcción de una idea propia

En 1940, Rita leyó un artículo de Hamburguer sobre la falla en el desarrollo de los ganglios sensitivos y motores a consecuencia de una amputación. Ella decide repetir el experimento en su laboratorio casero pero con una diferencia: aumentando los días de observación de los resultados para contar con una visión más amplia del proceso.

A través de esta diferencia metodológica-intuitiva, propuso que existiría un factor trófico (trophos) que viajaba (comunicación) desde los tejidos periféricos a las células ganglionares, y que esta sustancia favorecía su desarrollo. 

Ella continuó pensando, repensando, formulando y reformulando sus experimentos. Así, a lo largo de un viaje que hizo a Brasil (1952) logró detectar el impresionante crecimiento del tejido nervioso al trasplantar segmentos de sarcoma (tejido canceroso que secretaba la sustancia trófica) aunque ambos no estaban en contacto directo.

comunicación - contacto

Algo habría en ese -entre-, en ese intersticio que permitía la tramisión de información, que favorecía el crecimiento (morfogénesis) y que dirigía la dirección de este crecimiento (tropismo). A esta "sustancia desconocida" ella se referia como factor de crecimiento nervioso (NGF), que posteriormente este fue aislado, llevándola a ganar el Premio Nobel.

Rita Levi-Montalcini concluye a través de su des-cubrimiento de este factor, que los sistemas (nervioso central y periférico) no estarían programados de manera rígida sino que los órganos y tejidos adyacentes tendrían un papel de reciprocidad fundamental en el desarrollo. 

Morfogénesis

La evidencia del NGF (Montalcinium) como prototipo (urfaktor) de estos factores neurotróficos, desencadenó la búsqueda de una familia de proteínas similares llamadas neurotrofinas

El factor de crecimiento nervioso generó la apertura de un marco conceptual diferente para la formulación de la hipótesis neurotrófica: tipos neuronales específicos requieren factores tróficos (nutricionales) para el crecimiento de sus neuritas así como para la producción de neutrotransmisores.

El recorrido de Levi-Montalcini abrió un nuevo camino en la biología; "las células requieren señales específicas del mundo externo para su diferenciación y supervivencia."

Una breve analogía

Las células requieren señales tróficas (nutricias), cada una posee una membrana receptiva hacia estos estímulos para ser tocadas, crecer, diferenciarse y transformarse hacia su destino arquitectónico-morfológico.

Así como las células requieren trofinas para desarrollarse, me parece necesario hacer hincapié en que la mente también requeriría factores de crecimiento simbólicos (Otro). La construcción de un Yo plástico, dinámico y flexible, que permita la delimitación de un pensamiento propio y al mismo tiempo mantenga una receptividad/permeabilidad hacia el cambio.

Referencias

Shein, M., Rodríguez, A., (2004) Rita Levi-Montalcini y la perseverancia en el camino de la ciencia. Historia y Filosofía de la Medicina

Aloe, L., Chaldakov, G., (2013) Rita Levi-Montalcini: Presence in the absence.

Comentarios

Entradas populares