El deseo de la línea - Jean-Luc Nancy (traducción)


"La línea que divide y que dibuja una forma es similar a la flecha disparada por un arco. La tensión del arco se descarga en un instante, en una liberación de fuerzas.

Pero la relajación del arco se manifiesta en la liberación (jet, werf) de la flecha, como la relajación del órgano sexual se expresa en el orgasmo (le jaillir, chorro, squirt), donde aquel órgano se eleva (rises up, s´enléve) en todos los sentidos. La flecha liberada no se dirige hacia ningun objetivo fijo (objectless); se lanza a sí misma hacia su trayectoria (sa lancée, impulso).


En alemán es "Enwurf", sketch (jetée), primer borrador (first draft, premier jet), esbozo inicial (initial sketch (premiére pensée) como lo llaman los historiadores del arte.
En francés se conoce como "Esquisse" (que contiene la idea de velocidad) y "ébauche" ("dar forma a algo no-formado (blur, unformed)").
En inglés de dice "Draught" (draft) a aquella línea dibujante que aun no se ha convertido (consolidado) en un dibujo, pero que se dibuja a través de la ligereza de su liberación.
+ En italiano es "Disegnare", schizzo, brutta copia.


Gustav Klimt. Two Studies of a Child Being Held (Studies for "The Three Ages of Woman"), about 1904. Black chalk. Albertina, Vienna.

El esbozo/boceto no sólo conserva el privilegio del esfuerzo/intento del estado inicial (embriológico) cuya pertinencia sería genética o genealógica. Su privilegio es más esencial, como cada etapa del dibujo sabe.

El esbozo reúne/sintetiza la fuerza de la liberación/envío (envoi); así, el ímpetu de un diseño revela (pallium) algo más profundo (nuclear) y más secreto que cualquier forma de objetivo (visée, apuntar, planeación); una búsqueda o intento que es, primero que nada, aquello que marca el tono y abre la dirección (posibilidad).

El esbozo no desaparece en el dibujo; al contrario, el dibujo solo existe en la medida en que retiene/conserva el boceto dentro de él, siempre liberándose de nuevo, dibujándose continuamente; en otras palabras, en la medida en que es fuente de velocidad (fuerza) para volver a liberar(lo):

Es la cualidad específica de aquello que va directo al objetivo sin que haya un objetivo.

El boceto da a conocer lo previamente desconocido que estaba en juego. Eso que era solo un diseño se transforma en dibujo por primera vez. En otras palabras, renuncia a una dirección fijada por una inteción o un objetivo, para adentrarse hacia la tensión del gesto (expresión) y su abandono: el camino de correr un riesgo.

Por lo tanto el principio es igual al final, constituyendo un fin en sí mismo (sin finalidad). Un comienzo interminable, indefinible, infinito, un comienzo que siempre habrá comenzado antes de comenzar, en una antecedencia imposible de situar/localizar (en un cuerpo, una mano, una cabeza, o una emoción). 

También se podría decir que nos despedimos del proyecto (project) para dar lugar al borrador (jet), o de nuevo, que nos despedimos de la teoría para dar lugar a la práctica. Sin embargo, ninguna de estas expresiones puede dar cuenta del inconmensurable desplazamiento, de la ruptura y del cambio en aquello donde antes había distancia y posiciones fijas:

por ejemplo; alguien en frente de una hoja de papel, que nunca sabrá con certeza si hay un proyecto definido o algo más alla de la simple disposición del papel y los lápices... de repente aparece una marca (trace, mark); desde el primer momento, la huella del gesto (trace), y con ella el deseo irreductible de una línea.


Henri Matisse escribe: "Siempre se debe seguir el deseo de la línea, el punto donde esta desea entrar o desaparecer."

Matisse quiere decir que la línea tiene un deseo que debe seguirse. Tiene deseo porque este no consiste en lo que llamamos disposición subjetiva del artista, ni tampoco es el ser inanimado que es la línea trazada en sí. La línea no es una cosa inerte ni una proyección psíquica.


Un boceto sería una liberación (la jetée) donde una mano (y con ella todo el cuerpo al que está pegada) y una línea (minúsculo depósito de carbón) se re-unen (come together, syn-haptic) en gratitud recíproca (simbiótica).

Entre la mano y la línea (trace), en el impulso del lápiz, en el movimiento que va de la mano a la línea, y vuelve desde esta última para volver a posicionar la mano, en todo eso, se sintetiza la energía de toda una cultura e historia, todo un pensamiento o experiencia del mundo llega a reunirse en la vibración de la marca (rasgo).

La línea designa en su origen a este punto de contacto entre un pensamiento y un gesto, entre una sensibilidad y una actividad (motora), este punto indivisible (atómico) y móvil donde nacen una forma y una posibilidad de ser (manner). Toda maniobralidad y manipulación conjunta de lo que es puesto en acción (mise en oeuvre), es decir, hace aparecer (emerge a la superficie) lo que no está oculto ni nado, sino que se inventa a través del gesto.

La línea es el punto-en-sí, despojado de su propio origen (dérobée)-  en el proceso de dividir el espacio, dividirlo al disponerlo y formarlo, in-formarlo al vaciarlo hacia afuera y afectándolo, abriendo otras posibilidades para otros espaciamientos, es decir, para desplazamientos y proximidades, envolturas y evitaciones, para formar pliegues, curvas, salidas y retornos.

"El ser-ahí cae en su tradición. Esta le quita la dirección de si mismo, 
el preguntar y el elegir.
La tradición hace inmediata y regularment lo que "trasmite" tan poco accesible,
que más bien lo encubre.
Obstruye el acceso a las fuentes originales de que se bebieron 
los conceptos y categorías trasmitidos.
La tradición hace olvidar totalmente tal origen.
Desarrolla el sentimiento de que no sea menester ni siquiera 
de comprender la necesidad de semejante regreso.

[...] Es menester ablandar la tradición endurecida, 
y disolver las capas encubridoras producidas por ella
Es el problema que comprendemos como la destrucción del contenido tradicional 
de la ontología antigüa.

— Martin Heidegger

La línea no hace más que movilizar y dibujar un punto de verdad, y así, a través de este camino esta tiene (o más bien es) un deseo. Es el punto en el que de repente aparece la posibilidad de pasar de la nada hacia algo, de ir desde el apego y la inherencia sin forma hacia la forma del desapego y la distinción (diferencia). De hecho, la verdad es sólo una distinción (diferencia):

Una línea vista al microscopío.
La línea traza una potencial diferencia.

Toda distinción visual, gestual o táctil distingue, diferencia, distribuye y dispone al mismo tiempo que desaparece en su propio movimiento.

[...]

El deseo de la línea -o la línea como deseo- es pues, una forma de com-placer(se) a sí mismo, pero para este yo lineal (lineal self) siempre trazado frente a sí mismo (especular) y siempre borrado en su origen, donde el gesto precedió al trazo (trace), donde el cuerpo entero precedió al gesto, y un completo empuje (impulso, pulsión)  movilizó al cuerpo. Un completo empuje, un completo pensamiento, un pesaje. 


La belleza es el diseño de la verdad, su deseo de abrir(se) [éclater].

Este deseo se desprende y se con-vierte en línea: contorno, melodía, danza o frase, historia o recital, bastidor o ritmo; es siempre la línea del deseo (deseante) y el deseo de complacer(se) a sí misma en su propia verdad)."


Referencias
  • Nancy, J-L., (2013) The pleasure in drawing. Fordham University Press.
  • Truong, A., (2012) Gustav Klimt, The Drawings @Albertina, Vienna. http://www.alaintruong.com/archives/2012/03/15/23764609.html

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