Trans-posón: Un escurridizo objeto de investigación

Transposón (2021)

Uno de mis primeros recuerdos evoca la experiencia de estar en el patio de mi casa y voltear al cielo para buscar a alguien que se había ido
dentro de la religión católica se asocia que las ´personas buenas´ cuando mueren van al cielo, y que si esto sucede el día sábado, es la misma virgen la que "se los lleva". Dudo profundamente que esta clase de asociaciones confusas tengan un efecto positivo en la mente de un niño, pero bueno...
Lo que quizá pensé en aquel momento era que, claramente los adultos me estaban dando pistas certeras sobre el lugar a dónde tenía que ir a buscar "aquello" que había perdido.

Y así, un día al estar observando el cielo apareció un petirrojo, ¡había encontrado un objeto, ahí donde los adultos me habían dicho que buscara!; su pecho rojo dibujaba un contorno que se continuaba con el azul del cielo, el pájaro descansaba sosteniendo su levedad gracias a la antena de mi casa. 

Lo observé y recuerdo que (pensé que) él también me observaba: ¿será él?, ¿se habrá transformado en un ave para venir a ver que estoy bien?... no sé si son preguntas que me hice o que me hubiera gustado que fueran su respuesta fuera afirmativa. 


Pero de un momento a otro el petirrojo también se fue; 
se fue pero permaneció en mi memoria formando un símbolo. Para ese entonces ya éramos tres, y hoy me pregunto si no es esa terceridad la que sostiene mi búsqueda, mi investigación
¿qué es del sujeto sin un objeto que buscar, que conocer, que descubrir?, ¿a qué estaría sujeto? , ¿de qué se sostendría su mundo interno?, dice Esposito:
"Las personas y las cosas se entrecruzan en una suerte de quiasma que proyecta sobre unas el perfil de las otras."
Quiasmas (x)

Melanie Klein explica que: "el simbolismo es el fundamento de toda sublimación y de todo talento, ya que es a través de la ecuación simbólica que las cosas, actividades e intereses se convierten en tema de fantasías libidinales. [...] sobre el simbolismo se construye la relación del sujeto con el mundo exterior y con la realidad en general (pulsión epistemofílica)."

Mímesis (2020)

Hace unos días me preguntaba porqué es tan difícil capturar mariposas, colibríes y petirrojos con la lente de mi cámara y pensaba en una posible analogía con el estudio de la mente.
Es conocida la leyenda donde psique es comprendida en la forma y ciclo de la mariposa: 
¿cómo se estudia algo de esencia incapturable?, ¿cómo hacer una resonancia de la mente?, ¿cómo comprender algo que continuamente se escapa?, ¿cómo conocer algo que aparece y luego desaparece?...

Y es que me siento incapaz de huir de la pulsión de buscar aquello que permanece huyendo, ocultándose, encubriéndose, 
aquello de lo que solo tenemos indicios...

"Psique es extensa, nada sabe de eso." dijo Freud.


¿Cuál es mi objeto de investigación? me pregunté,
después recordé al petirrojo.
¿será el petirrojo mi objeto de investigación?

Tomo fotos porque me gusta fijar los momentos de contacto entre las flores y los diversos polinizadores. Imagínense si pudiéramos contar cuántos con-tactos se dan en estas islas de oxígeno que encontramos dentro de la ciudad, y que sostienen la vida. Imposible sería hacerlo de manera objetiva, siempre alguno pasaría de largo, faltaría su contabilización, se escaparía... 


Todo con-tacto forma un quiasma,
un entre-cruzamiento,
un encuentro.


Así que comencé a seguir un petirrojo para lograr una toma suficientemente buena, pero él era muy rápido, saltaba de una rama a otra, por eso lo nombré "transposón". Cuando me acercaba y lograba un punto de enfoque bueno volvía a moverse, me enojaba con él y le decía: ¡Basta, no te muevas más! parecía que jugaba conmigo, luego pensé que debía ser muy estresante para un cuerpo tan chiquito que un humano te persiga, y lo dejé.


Sin darme cuenta había rodeado todo el parque, mis tenis estaban completamente enlodados y tenía pasto en mi ropa; todo esto solo por seguir al hiperactivo petirrojo, al intrigante y seductor transposón. Cuando me di por vencida y me senté, pensé que quizá esta aventura de búsqueda situada en el parque era muy similar a la que encontraba en mi profesión.

Al "elegir" como objeto de estudio la mente uno va buscando sus indicios, las huellas que va dejando, es imposible capturarla, fijarla, inmovilizarla. La mente como el petirrojo llamado transposón, nos atrae, nos seduce a buscarla, a seguirla; en el trayecto podemos desplazar nuestro interés hacia otros ´objetos de estudio´ con los que después generaremos analogías y metáforas para volver a ella y tratar de comprenderla. 

Lo mas lindo, me parece, es que ese viaje hacia la búsqueda de aquel objeto imposible de capturar va trazando líneas que aunque en apariencia son invisibles, abren nuevos caminos y sobre todo, sostienen nuestro deseo de pensar libre-mente. 

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