Dibujando la (forma de la) mente

 

"El placer del dibujante es el placer de aquellos que no reconocen formas dadas, es decir, que desconfían de su propia percepción y de los preceptos de pensamiento que fincan cualquier ideología."

- Cynthia Ortega Salgado [🔗]


Si le pidiéramos a un neurólogo que dibujara su objeto de estudio, para realizarlo encontraría como guía la forma del sistema nervioso, la estructura de las neuronas, o la morfología de los astrocitos; si le pidiéramos a un cardiólogo que dibujara su objeto de estudio podría acudir a algún libro de su especialidad y quizá con ayuda de un papel calca sin mayor complicación, duplicaría aquella forma en otra superficie,

pero, ¿qué pasaría si fuéramos con un psicólogo (o un estudiante de Psicología) y le planteáramos la misma consigna?, ¿qué forma tendría la mente?, ¿esa forma estaría relacionada con su función?, ¿habría alguna similitud entre la forma del cuerpo y la forma de aquella mente? ¿sería una forma común para todas las mentes? o ¿habría diversas formas de la misma?...

Así, después de leer en clase la frase de Jean-Luc Nancy: "Existir es esbozarnos", la cuestión del dibujar la mente fue el punto de partida para iniciar nuestro curso de Introducción a la Psicología, por lo que cada alumno escogió una analogía para pensar y dibujar su idea acerca de la forma de la mente.

Tal como menciona Freud (1900), es totalmente lícito: "dar libre curso a nuestras conjeturas con tal de que en el empeño mantengamos nuestro juicio frío y no confundamos los andamios con el edificio. Puesto que para una primera aproximación a algo desconocido no necesitamos otra cosa que unas representaciones auxiliares [...]" (Azcona, 2013).

Para lograr esto, las instrucciones fueron:


Aquí algunos de los dibujos:

Ana Pau, Fer y Adriana.

Mar.

Samantha.

Dali.

Alexandre y Diego.

Itzel

Tere y Sara.

Yuli.

Osmar, Meli, Karina, Itzel y Eric.

Male, Ale y Néstor.

Como maestra pensé que la diversidad expresada en cada uno de estos dibujos debería encontrar una forma de piel que los contuviera. Así que después de que cada uno pudo materializar la individualidad de su idea, realizamos el ejercicio de unificarlas dentro de una estructura análoga a la célula eucariota donde:
  1. En el núcleo, (gracias a la idea de Fer) se pusieron los nombres de todos los que contribuyeron a generar (gen-)  esta célula simbólica.
  2. En el citoplasma, de manera análoga a los organelos se dibujaron las formas de la mente que cada alumno pensó, donde una piel o membrana delimitaba su individualidad.
  3. Y la membrana plasmática  que funge como contenedora de estas multiplicidades, es decir, a través de ella el grupo y su diversidad encuentra una fuerza de cohesión, de contención, de unificación.
Unidad diversa.
Unidad conformada por multiplicidades

Me parece que este ejercicio condensa lo que ocurre a cada clase, es decir, que las horas de clase sean un tiempo seguro, donde cada alumno encuentre la oportunidad de expresar su individualidad (plástica), sus particularidades, su Diferencia para enriquecer el aprendizaje del grupo como una totalidad.

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